El Gobierno argentino logró un superávit fiscal en junio, en parte debido a un retraso en los pagos de subsidios a la energía, que fueron cancelados a principios de julio, 25 días después de su vencimiento original. Según fuentes oficiales, este retraso fue atribuido a un “tema administrativo” que permitió mantener por sexto mes consecutivo un resultado positivo en las cuentas públicas, algo que no ocurría desde 2008.
Este superávit es clave para el objetivo del Gobierno de reducir la inflación. Además, el aumento significativo en las tarifas de luz y gas, orientado a disminuir el gasto en subsidios a los hogares, contribuyó al resultado fiscal positivo.
En mayo, el Ministerio de Economía realizó un pago de $600.000 millones a las generadoras eléctricas y productoras de gas del sector privado con un bono en dólares a 2038 (AE38D). Sin embargo, en junio, los pagos correspondientes a abril se realizaron en tandas, dejando un saldo que fue cancelado el primer día hábil de julio. “No hubo atrasos”, confirmaron fuentes oficiales, atribuyendo el problema administrativo a la ausencia de una Ley de Presupuesto 2024, lo que agotó el crédito para transferencias a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista (Cammesa).
Cammesa, encargada de recolectar los pagos de energía de las distribuidoras y de recibir fondos del Tesoro para cubrir la diferencia, mejoró su cobrabilidad del 54% al 96% tras un aumento en las tarifas de distribuidoras como Edenor y Edesur. Esto redujo la necesidad de aportes estatales para cubrir faltantes.
En junio, Economía destinó solo $42.344 millones al pago de combustibles para usinas térmicas y generación eléctrica, una cifra significativamente menor que los $525.277 millones devengados en los tres meses anteriores. Sin embargo, el saldo restante fue cancelado a principios de julio. Las empresas del sector comenzaron a detectar una tendencia preocupante de “bicicleta financiera” en los pagos, que volvió en julio con la transacción de mayo.
El vencimiento de la semana pasada no incluyó el pago de energía térmica ni hidráulica y solo se canceló el 39.5% de las renovables, la primera vez desde el inicio del programa RenovAr en 2016. Las empresas privadas, como Genneia, 360 Energy, Pampa Energía, Total Energies, AES, YPF Luz y PAE, mostraron preocupación porque el Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables (FODER), garantizado por el Banco Mundial, se quedó sin liquidez.
Fuentes oficiales indicaron que los pagos a las renovables se completarían en las próximas horas y el resto antes de fin de mes. Esto implicaría que el Ministerio de Economía estaría pagando los subsidios de dos meses en apenas 30 días, un movimiento riesgoso para el resultado fiscal a menos que se consigan otras fuentes de ingresos o se reduzcan otros gastos.
En junio, el resultado primario positivo fue de $488.568,8 millones y el financiero, tras el pago de intereses, de $238.188,8 millones. El superávit acumulado en el primer semestre equivale a un 1.1% del Producto Interno Bruto (PIB) con criterio primario en base caja y 0.4% en lo financiero. El gasto en subsidios económicos fue de $409.063 millones, lo que representó una baja del 74% interanual en términos reales, mientras que los subsidios a la energía disminuyeron un 81.2% interanual, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
El Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet reportó que en lo que va del año se han pagado $2.959.703 millones en subsidios a la energía, un 46% menos que en el mismo periodo de 2023.