El sábado por la mañana, el ministro de Economía anunció en Twitter una serie de medidas destinadas a vender dólares en el Contado con Liquidación (CCL) según la brecha cambiaria vigente en cada momento. Esta decisión, según fuentes cercanas al equipo económico, tiene como objetivo eliminar los pesos emitidos por la compra de dólares en el Mercado Único de Cambios (MULC) desde el 30 de abril, equivalentes a $2,25 billones, lo que representa alrededor de US$1700 millones según la brecha actual.
El anuncio del ministro fue claro en cuanto a sus objetivos: “El objetivo es cerrar la tercera canilla de emisión de pesos, la originada en la compra de dólares”, afirmó. Este mecanismo se suma a la intervención en los dólares financieros, junto con la medida de que el 20% de las exportaciones se liquiden en el mercado financiero. En un contexto donde la brecha cambiaria supera el 60%, estas acciones buscan estabilizar el mercado y controlar la emisión de moneda.
Con un superávit financiero, el Gobierno ya había cerrado la canilla para financiar el déficit fiscal. A partir del próximo 22 de julio, con la implementación del canje de Pases (deuda del Banco Central) por la LeFi (deuda del Tesoro), se cerrará también la emisión endógena de pesos. “La tasa de interés será pagada por el fisco”, comentó el ministro, añadiendo que “la limpieza de los Pases se realizó con la emisión de instrumentos del Tesoro que capitalizan los intereses (LeFi) o se venden a descuento (Lecaps)”. Este enfoque ha permitido mantener la carga de intereses en los registros oficiales en 1,7% del PIB, a pesar de la duplicación de la deuda en pesos.
Sin embargo, aún queda pendiente el rescate de los $16 billones en manos de los bancos, los cuales fueron rolados en las emisiones y canjes de deuda hasta abril. Esto provocará un acortamiento en las colocaciones de deuda del tesoro. “El cambio de Pases por LeFi no altera el mecanismo de liquidez al sistema financiero”, explicó el ministro, señalando que ahora se pagará con los pesos que tiene el Tesoro depositados en el BCRA. Esto implica que, si la demanda de liquidez de los bancos aumenta, habrá una emisión de pesos.
A pesar de estos esfuerzos, la deuda relevante (mercado en pesos más dólares, organismos y BCRA en dólares) seguirá en niveles similares a los iniciales, con una alta concentración en los activos de los bancos y fondos de money market, y una dependencia del cepo cambiario. “Sin el cepo, la colocación de DLK a 2026 a una tasa negativa del 2% no hubiera sido viable”, observó el ministro.
El impacto de estas medidas en las reservas será significativo, especialmente en la segunda mitad del año cuando el excedente de dólares casi desaparezca. La reducción de la oferta en el mercado oficial, combinada con la eliminación de pagos en cuotas de las importaciones, ha reducido drásticamente el saldo comercial. “El saldo comercial del primer semestre fue de US$15.023 millones, pero se reducirá a tan solo US$1879 millones en lo que resta del año”, advirtió.
El impacto en las reservas netas dependerá de la brecha cambiaria. “Con una brecha del 50%, perderemos US$869 millones antes de otros pagos. Si la brecha se reduce al 25%, la pérdida ascendería a US$1556 millones”, indicó el ministro. Esto, frente a unas reservas netas negativas de US$4000 millones y vencimientos por casi US$2200 millones a fin de año.
Ante un mercado de crédito cerrado y con un riesgo país en 1555 puntos, el Gobierno ha decidido comprar los intereses de los bonos Globales/Bonares a pagar en enero de 2025 por US$1528 millones, depositándolos en Nueva York. “Este movimiento reducirá aún más las reservas netas y brutas”, concluyó el ministro, reflejando la compleja situación económica que enfrenta el país.