La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se defendió enérgicamente ante las denuncias realizadas por legisladores de Unión por la Patria, quienes la acusaron, junto a otros funcionarios, de ejecutar un “claro plan represivo” supuestamente dirigido por el gobierno de Javier Milei. Estas acusaciones surgieron tras los incidentes violentos ocurridos la semana pasada en las inmediaciones del Congreso durante el debate sobre la Ley Bases en el Senado.
El enfrentamiento entre las fuerzas federales y los manifestantes, que incluía a diputados kirchneristas, resultó en el uso de gas pimienta y la hospitalización de varios legisladores. La situación generó una serie de denuncias por arrestos irregulares de 33 personas, exacerbando las divisiones políticas en Argentina.
La contundente respuesta de Patricia Bullrich
Patricia Bullrich no tardó en responder a las acusaciones. En sus redes sociales, acusó a los legisladores denunciantes de ser “hipócritas” y de “avalar la violencia”. “Los violentos que quisieron imponerse a la ley ahora tienen la hipocresía de hacer una denuncia”, escribió Bullrich. Criticó a los diputados presentes en la manifestación por intentar dar órdenes a la Prefectura y fomentar la violencia, señalando que después estos mismos legisladores presentaron denuncias.
La respuesta de Bullrich llegó después de que Germán Martínez, líder del bloque de Unión por la Patria en Diputados, presentara una denuncia formal en los tribunales de Comodoro Py contra Javier Milei y Patricia Bullrich, acusándolos de implementar un plan represivo contra los legisladores. Martínez argumentó que esta represión refleja el desprecio del presidente Milei hacia el Congreso y representa un atentado contra la división de poderes en Argentina.
Detalles de la denuncia y repercusiones
La denuncia presentada por los diputados de Unión por la Patria incluye graves acusaciones de apremios ilegales, vejaciones, tormentos, lesiones graves, abuso de autoridad y violación de los deberes de los funcionarios públicos. Según el comunicado del bloque peronista, la denuncia está respaldada por pruebas documentales y testimoniales, incluidos registros médicos y audiovisuales de los incidentes.
El caso, que recayó en el juzgado en lo Criminal y Correccional número 4, también involucra al secretario de Seguridad, Vicente Ventura Barreiro, y al prefecto general de la Policía Federal Argentina, Guillermo Giménez Pérez. Además, los diputados enviaron copias de la denuncia a diversas organizaciones internacionales de derechos humanos, subrayando la gravedad de la situación.
Bullrich defendió las acciones de las fuerzas de seguridad, argumentando que eran necesarias para mantener el orden público durante un evento legislativo crucial. Sin embargo, los críticos calificaron la respuesta policial como desproporcionada y violatoria de los derechos constitucionales de protesta pacífica.
En medio de este conflicto, Leopoldo Moreau, uno de los diputados afectados, calificó a Bullrich de “mercenaria de la violencia estatal”. Moreau explicó que los diputados acudieron a la manifestación en ejercicio de su derecho a la libertad de expresión y para representar a sus constituyentes, quienes se manifestaban pacíficamente.
Declaraciones y contexto
Moreau relató que la represión comenzó cuando un grupo de diputados salió del Congreso para dialogar con los manifestantes y expresarles su apoyo. Afirmó que la policía, bajo las órdenes de Bullrich, inició la represión sin provocación previa. Otros diputados, como Carlos Castagneto, intentaron dialogar con las fuerzas de seguridad para evitar el conflicto, pero fueron recibidos con violencia.
En una conferencia de prensa, varios diputados, incluidos Carolina Yutrovic, Lorena Pokoik, Juan Manuel Pedrini, Eduardo Valdés, Vanesa Siley, Luis Basterra y Paula Penacca, se unieron para condenar la represión y exigir una investigación exhaustiva de los hechos.
Este incidente ha intensificado las tensiones políticas en Argentina, destacando la profunda polarización y la necesidad de encontrar mecanismos para resolver conflictos sin recurrir a la violencia.
