Tras la leve disminución de la inflación en mayo, que se situó en un 4,2% mensual, el Gobierno argentino se enfrenta ahora a nuevos desafíos para mantener esta tendencia a la baja. Analistas económicos proyectan que los próximos meses podrían registrar aumentos significativos, especialmente debido a la reanudación de los incrementos en tarifas de servicios como luz y gas, así como señales de aceleración en los precios de alimentos básicos. En este contexto, desde el Ministerio de Economía dirigido por Luis Caputo, se espera mantener la estabilidad inflacionaria, aunque reconocen el impacto que tendrán las tarifas.
El Gobierno confía en que los ajustes tarifarios no afectarán de manera sustancial la trayectoria descendente de la inflación, argumentando que otros precios continuarán mostrando caídas que compensarán estos incrementos puntuales. Esta estrategia busca evitar un retroceso en la política antiinflacionaria, que actualmente está fuertemente vinculada al control fiscal y cambiario. “Sacando tarifas, el resto de los precios muestran caídas”, afirmaron fuentes oficiales, subrayando la importancia de mantener el equilibrio en el índice inflacionario.
Por otro lado, las consultoras económicas tienen una visión más cautelosa. EcoGo estimó que la inflación de junio podría alcanzar el 6% mensual, influenciada por los ajustes postergados en tarifas y otros aumentos previstos, como en el transporte público. Además, señalan que los incrementos en las cuotas de prepagas, basados en el Indice de Precios al Consumidor (IPC), contribuirán a esta aceleración inflacionaria. Este panorama contrasta con las expectativas del Gobierno, que prevé un impacto limitado del aumento del subte y otros servicios.
Las estimaciones privadas también destacan un aumento en los precios de los alimentos, con variaciones semanales que sugieren una presión al alza en productos como las verduras. LCG reportó un incremento del 1,5% en la segunda semana de junio, mientras que EcoGo registró un aumento del 0,5% en la primera semana. A pesar de estos datos, desde el Ministerio de Economía argumentan que estos movimientos podrían deberse a efectos estacionales o transitorios, enfatizando que lo crucial es observar la tendencia general de los precios.
En conclusión, el desafío para el Gobierno argentino radica en mantener el control sobre la inflación en un contexto de ajustes tarifarios y presiones en los precios de alimentos. Mientras las autoridades confían en la continuidad de la estabilidad económica, las consultoras advierten sobre posibles incrementos significativos que podrían poner a prueba las políticas macroeconómicas implementadas hasta ahora.