Tanto el ministro de Economía, Luis Caputo, como el presidente Javier Milei han expresado su desacuerdo con la medición de inflación del INDEC, argumentando que no toma en consideración las promociones ofrecidas por supermercados y otros comercios. Afirman que si se incluyeran estas promociones, la inflación ya estaría en un solo dígito. Sin embargo, algunos analistas señalan que estas promociones no han aumentado en los últimos meses y, por lo tanto, no alteran la variación de precios, ya que están disponibles para aquellos que las aprovechan.

La eliminación del reintegro del IVA para los jubilados de haberes mínimos, que entró en vigor el 1° de enero, ha contribuido a una disminución significativa en la utilización de estas promociones. Esto ha aumentado la caída del poder adquisitivo de millones de jubilados y pensionados, lo que impacta indirectamente en la percepción de la inflación.

Si bien las promociones pueden representar descuentos significativos para algunos consumidores, el INDEC argumenta que estas ofertas no son universales ni están disponibles diariamente, lo que limita su impacto en la medición de la inflación. Además, los relevamientos del INDEC no indican una caída nominal generalizada en los precios, aunque algunos productos estacionales pueden experimentar variaciones notables.

A pesar de las críticas, las promociones solo influirían en el índice de precios si se trasladaran a las góndolas para todos los consumidores, lo que no ocurre actualmente. El debate sobre la metodología de medición de la inflación continúa, mientras el gobierno y los analistas buscan formas más precisas de reflejar la realidad económica del país.