Ministra de Seguridad garantiza protección laboral ante paro de la CGT y defiende medidas de desregulación

En una declaración emitida este domingo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, expresó el compromiso del Gobierno en asegurar que “todo argentino que quiera trabajar” durante el próximo paro convocado por la CGT no se sienta amedrentado. La funcionaria instó a los ciudadanos a no sumarse a la movilización y a participar activamente en el proceso de cambio que, según sus palabras, llevará al país hacia adelante.

Bullrich respaldó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de desregulación económica y la ley ‘Bases’ en discusión en el Congreso, argumentando que estas medidas simplifican la vida, eliminan privilegios y contribuyen a aspectos fundamentales, como la esencialidad en la educación. En este sentido, hizo un llamado a los argentinos para que acudan a trabajar el miércoles, destacando la importancia de luchar por los cambios propuestos, los cuales, según su perspectiva, son cruciales para el progreso del país.

La ministra también respondió a las críticas del cosecretario de la CGT, Héctor Daer, quien había advertido que los diputados denominados ‘dialoguistas’ que apoyen la ley ‘Bases’ no podrán “caminar por la calle” debido al rechazo popular. Bullrich rechazó esta afirmación, señalando que quienes “no van a poder caminar por la calle el miércoles y todas las veces son los que intenten destruir el país”. Además, destacó la implementación de un protocolo antipiquetes durante la jornada de paro y movilización, diseñado para garantizar la libre circulación de personas que trabajan, estudian y se desarrollan.

En sus declaraciones a Radio Rivadavia, Bullrich cuestionó la convocatoria del paro a tan solo un mes y medio del inicio del nuevo Gobierno, calificándola como una “extorsión” destinada a “mantener privilegios”. La ministra también hizo referencia a la línea telefónica 134, habilitada para recibir denuncias sobre posibles amenazas relacionadas con la marcha sindical, informando que se registraron alrededor de “1.000 llamadas por día” denunciando extorsiones y aprietes. Criticó duramente la presión ejercida sobre los trabajadores, describiendo un escenario organizado para llevar a la gente “como si fuera ganado”.

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