Especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) han anunciado un auspicioso panorama para la campaña agrícola gracias a la presencia del fenómeno climático El Niño y las consiguientes lluvias que han permitido una recuperación progresiva del contenido hídrico en los suelos. Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA, afirmó que “el agua no será un factor limitante para la campaña gruesa”, destacando la importancia del manejo agronómico para lograr altos niveles de producción.
Mercuri enfatizó que la recomposición hídrica en las zonas productivas ha sido significativa, permitiendo afrontar la campaña con mayores garantías. Asimismo, señaló que la campaña actual destaca la importancia crucial del agua como elemento esencial en los ecosistemas y sistemas de producción. Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del CIRN, explicó que los pronósticos indican un debilitamiento progresivo de El Niño, con una probabilidad creciente de que finalice durante el trimestre abril-mayo-junio de 2024.
Gattinoni señaló que la evolución del fenómeno El Niño favorecerá la continuidad de lluvias durante el verano, especialmente en la Región Pampeana y el Litoral. Sin embargo, advirtió que en estas regiones podrían experimentar un mayor espaciamiento y variabilidad en la intensidad y frecuencia de las lluvias, con un aumento especialmente notable en el oeste y el Noroeste Argentino (NOA) durante enero.
En términos climáticos, Gattinoni indicó que para algunas zonas del norte de Cuyo, oeste del NOA y oeste de Patagonia se espera un trimestre enero-febrero-marzo con mayor probabilidad de condiciones hídricas deficitarias y temperaturas más cálidas en promedio. No obstante, resaltó que la Región Pampeana y el Litoral se anticipan con temperaturas medias en el rango normal y menor probabilidad de eventos térmicos extremos en comparación con el año pasado.
En conclusión, los expertos del INTA prevén un escenario favorable para la campaña agrícola actual, marcado por una recuperación hídrica significativa y condiciones climáticas que favorecen el desarrollo de los cultivos de verano.
