La industria de las telecomunicaciones en Argentina observa la entrada de Starlink, proveedor de conexiones satelitales, como un nuevo actor en la cadena de valor sin percibirlo como un competidor directo. Según Carlos Blanco, analista de Dataxis para América Latina, empresas como Starlink introducen una dinámica diferente al sector, que evoluciona de centrarse en televisión y distribución a ofrecer banda ancha de alta capacidad. Aunque Starlink, la compañía de Elon Musk, ha abierto la preinscripción en Argentina para sus servicios, la mayoría de las empresas proveedoras de internet que utilizan fibra no sienten preocupación por su ingreso.
En el mercado argentino, donde Arsat opera como mayorista con satélites geoestacionarios, ya existen otras empresas que ofrecen conectividad satelital, como Tesacom, Orbith y Hughes. El analista Blanco destaca que Starlink, con su sistema de satélites de órbita baja, se enfoca en proporcionar banda ancha de alta capacidad con precios competitivos a nivel global. Aunque el ARPU de Starlink es de alrededor de 92 dólares a nivel mundial, se adapta al mercado latinoamericano, donde varía entre 35 y 55 dólares.
En Argentina, los usuarios ya pueden reservar el servicio de Starlink por 9 dólares, con la disponibilidad prevista para el segundo semestre del próximo año, sujeta a aprobación reglamentaria. La cobertura de la constelación de satélites de órbita baja permitirá la prestación del servicio en todo el país. Aunque el precio mensual del servicio y el kit de instalación (alrededor de 500 dólares) no están precisados, la empresa ha comenzado a desarrollar unidades de negocio adicionales, como una orientada al mercado corporativo y otra enfocada en los operadores móviles.
Miguel Pesado, titular del Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (Copitec), menciona que en las ciudades, donde la infraestructura de fibra está disponible, no es necesario recurrir a sistemas como el de Starlink. Sin embargo, destaca la utilidad de los sistemas de órbita baja para áreas productivas como Vaca Muerta o regiones donde los satélites geoestacionarios no están presentes, como la Cordillera de los Andes, mares y selvas.