El candidato presidencial de Unión por la Patria y actual ministro de Economía, Sergio Massa, delineó su visión para el futuro de Argentina durante un discurso el jueves pasado, enfatizando que “si los argentinos y Dios” le confieren “la responsabilidad de gobernar, el 10 de diciembre marca el inicio de una nueva etapa” en el país. Desde el hotel Alvear, en el último día de campaña antes del balotaje del domingo, Massa subrayó que “los 40 años de democracia nos fueron moldeando y enseñando cuáles son los errores que debemos corregir y los valores a construir”.

Massa identificó el primer gran cambio necesario para Argentina como “la construcción de un acuerdo de unidad nacional con la definición de 10 políticas de Estado que nos den previsibilidad a largo plazo”. Este anuncio fue hecho durante su intervención ante un grupo de empresarios en el mencionado hotel, donde el candidato expresó su compromiso con la estabilidad y la planificación a largo plazo como pilares fundamentales para el desarrollo del país.

Además, Massa se posicionó como un líder dispuesto a cerrar las brechas que han dividido a la sociedad argentina en los últimos años. “Quiero ser, desde el 10 de diciembre, el presidente que entierre la grieta”, declaró. Dirigiéndose a los empresarios del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) en el barrio porteño de Retiro, Massa enfatizó su deseo de fomentar un diálogo constructivo y poner fin a la dicotomía entre “amigo-enemigo” y las divisiones entre “campo o industria, interior o ciudad”.

En su discurso, el candidato presidencial resaltó la importancia de sentar a diferentes sectores en la mesa para construir consensos que impulsen el desarrollo económico y generen empleos más remunerativos. Massa propuso abrir nuevos mercados y abogó por una colaboración estrecha entre el gobierno y el sector empresarial para lograr estos objetivos. Con este enfoque, busca superar las divisiones y promover un ambiente propicio para el crecimiento y la prosperidad en Argentina.