La Ley Nacional de Etiquetado Frontal en Argentina cumple dos años desde su sanción, y aunque se ha implementado de manera efectiva, existen desafíos pendientes en su aplicación. La ley, que busca advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los alimentos, se promulgó en noviembre de 2021 y se ha aplicado gradualmente desde agosto de 2022.
Un monitoreo realizado por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) en supermercados de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires reveló que el 40% de los productos incumple la norma en algún aspecto. Se observaron promociones asociadas a productos con sellos de advertencia, lo cual está prohibido por la ley, y técnicas de marketing dirigidas al público infantil en el 28% de los casos evaluados.
A pesar de los avances, los expertos coinciden en que todavía hay mucho por hacer. La implementación de la ley es fundamental para prevenir enfermedades no transmisibles como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Los sellos de advertencia brindan información a los consumidores para tomar decisiones conscientes y saludables. A medida que la ley se consolida, se espera que tenga un impacto positivo en la salud pública de Argentina, siguiendo el ejemplo de países como Chile, que experimentaron mejoras en los hábitos alimentarios después de implementar una medida similar.