Las declaraciones del candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, han generado un intenso debate político y económico en el país. Milei afirmó que “cuanto más alto” esté el dólar, “más fácil va a ser dolarizar” la economía argentina. Sin embargo, estas palabras han recibido un fuerte rechazo por parte de diversos sectores, incluyendo a Unión por la Patria (UxP) y Juntos por el Cambio, así como de destacados economistas y empresarios que ven en esta propuesta un “salto al vacío” para la economía del país.
Desde la coalición oficialista, el ministro del Interior y jefe de campaña de Unión por la Patria, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, advirtió que Milei busca una Argentina en la que los recursos se utilicen para “financiar negociados” y que su propuesta va en contra de los valores de una sociedad inclusiva y equitativa. De Pedro acusó a La Libertad Avanza de “mover el dólar blue para beneficiar a la oposición” y alertó sobre los daños potenciales que esto podría causar al tejido productivo del país.
La crítica a las palabras de Milei no se limitó a la coalición oficialista, ya que la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, también expresó su desacuerdo. Bullrich afirmó que “no vale todo para defender la dolarización” y argumentó que el alza del tipo de cambio perjudica a los trabajadores al encarecer los precios. Además, Carlos Melconian, anunciado como posible ministro de Economía en un gobierno de Bullrich, calificó las propuestas de Milei como un “delirio” que amenaza la estabilidad económica.
La polémica no se detuvo ahí, ya que Gabriel Martino, un influyente empresario cercano a Juntos por el Cambio, consideró las declaraciones de Milei como “irresponsables” y señaló que la campaña de dolarización es un instrumento de política económica que no debería ser tratado a la ligera en un país con un alto índice de pobreza. Martino destacó la importancia del diálogo y lamentó que Milei no presente un plan claro de gobierno.
Incluso el expresidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, planteó la posibilidad de que las declaraciones de Milei representen un delito al promover una “manipulación del mercado”. Vanoli sugirió que los grandes capitales internacionales podrían estar detrás de esta estrategia para influir en las elecciones y reconfigurar el poder económico del país. En última instancia, Vanoli advirtió sobre el riesgo de una gran devaluación y la pérdida de soberanía en la toma de decisiones económicas.