La Noche de los Lápices: 47 años del oscuro capítulo en la historia de los derechos estudiantiles en Argentina

Un 16 de Septiembre, hace 47 años, estudiantes secundarios del Colegio Normal 3 de La Plata vivieron una tragedia que marcaría indeleblemente la historia de los derechos estudiantiles en Argentina. Este sombrío episodio, conocido como “La Noche de los Lápices,” se llevó a cabo bajo la orden del entonces jefe de la Policía bonaerense, coronel Ramón Camps, y dejó una huella imborrable en la memoria del país.
El trágico suceso tuvo su origen en una movilización estudiantil que, un año antes, logró la implementación del Boleto Estudiantil Secundario (BES) en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, en agosto de 1976, la dictadura cívico-militar decidió suspender este beneficio con la intención de identificar a los líderes del movimiento estudiantil detrás de esta conquista.
Un documento de inteligencia titulado “La Noche de los Lápices,” posteriormente descubierto en las instalaciones de la Policía bonaerense, detalló las acciones planificadas contra estos jóvenes, a quienes se consideraba “integrantes de un potencial semillero subversivo.” El 16 de septiembre de 1976, comenzó un operativo conjunto entre la policía y el Batallón 601 del Ejército para capturar a nueve jóvenes de entre 16 y 18 años.
La mayoría de las víctimas estaban asociadas a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), un grupo vinculado a la organización Montoneros. Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro fueron secuestrados de sus hogares en la primera jornada de esta acción criminal. Al día siguiente, Emilce Moler y Patricia Miranda, esta última estudiante del Colegio de Bellas Artes de La Plata, también cayeron en manos de los represores.
Todos estos jóvenes fueron llevados al centro clandestino de detención conocido como “Arana,” donde sufrieron torturas durante semanas. Posteriormente, fueron trasladados al “Pozo de Banfield.” Moler y Díaz lograron ser liberados después de dos años en cautiverio, mientras que Miranda fue trasladada al “Pozo de Quilmes” y finalmente encarcelada en la prisión de Villa Devoto hasta marzo de 1978.
Gustavo Calotti, quien había terminado la escuela secundaria un año antes, fue secuestrado el 8 de septiembre, y aunque padeció torturas junto a estos jóvenes, se considera un sobreviviente de estos horrores. El resto de los estudiantes secundarios aún permanecen desaparecidos, formando parte de la lista de 232 adolescentes secuestrados durante la última dictadura cívico-militar.
A pesar de los esfuerzos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), los cuerpos de estas víctimas aún no han sido identificados. La impunidad reinó durante años debido a la Ley de Obediencia Debida, que protegió a los perpetradores. Sin embargo, después de la derogación de estas leyes y los indultos en 2003, comenzaron los juicios de lesa humanidad, y el comisario Miguel Etchecolatz, autor material de estos secuestros y desapariciones, finalmente enfrentó la justicia y recibió sentencias por varios crímenes.
Hoy, Argentina conmemora el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios en honor a la lucha valiente de estos jóvenes militantes desaparecidos en la “Noche de los Lápices.” Esta fecha sirve como un recordatorio de la importancia de defender los derechos de los estudiantes y de nunca olvidar los horrores del pasado para garantizar un futuro de justicia y respeto por los derechos humanos en el país.
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