La ganadería vacuna en Argentina sigue enfrentando los efectos de la extrema sequía que afectó al país durante gran parte de 2022 y principios de 2023. Sin embargo, las recientes lluvias han iniciado un proceso gradual de recuperación que podría cambiar la tendencia respecto al período anterior. Según un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), los precios minoristas de la carne aumentaron un 1,5% en junio, en contraste con una inflación general del 6%, lo que indica cierto atraso en los valores del producto. Esta situación se debió a un aumento en la faena de ganado y una mayor oferta de carne, en un contexto donde la demanda no impulsó los precios, a lo que se sumó la caída de los precios internacionales.

Los criadores de ganado expresan preocupación por la situación, ya que el pasto en los campos es escaso debido a la sequía, lo que ha llevado a vender animales flacos y vientres. Además, los precios de la carne están rezagados en comparación con la inflación, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del sector. Sin embargo, algunos indican que ha habido un rebote en los precios de la invernada, especialmente en los terneros, lo que podría indicar una recuperación gradual en la oferta y la demanda. A pesar de esto, se estima que no habrá grandes cambios en los precios minoristas hasta la primavera, ya que el suministro de pasto aún es limitado en algunas áreas debido a las lluvias desiguales.

El consultor ganadero, Víctor Tonelli, menciona que el proceso de recuperación de los precios del ternero ha comenzado, aunque sigue siendo insuficiente y se espera que se recupere en al menos un 50%. A pesar de las lluvias, el pasto sigue siendo un factor limitante en el crecimiento de la oferta, y muchos ganaderos se ven obligados a vender su ganado en lugar de retenerlo. Se espera que la situación mejore a medida que avance la primavera y aumente el suministro de pasto, lo que podría impulsar una recuperación más significativa en la ganadería. Por ahora, se espera que la recuperación sea gradual y que la liquidación de ganado se mantenga hasta que haya un cambio más significativo en las condiciones climáticas y económicas.