La primera etapa de construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), con una inversión de US$2.500 millones, ha dejado un impacto significativo en la economía local y nacional, equivalente al 12% del Producto Bruto Geográfico (PBG) en la zona de influencia por la que atraviesa. Además, se crearon aproximadamente 40.000 puestos de trabajo y se impulsó la innovación tecnológica. El domingo 9 de julio, el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Economía, Sergio Massa, liderarán la inauguración del gasoducto en Salliqueló, provincia de Buenos Aires.
El acto de inauguración se llevará a cabo en un terreno adyacente a la planta Saturno de la empresa transportista TGS, que servirá como punto de conexión con el gasoducto Neuba II. Este último permitirá el transporte del gas producido en Vaca Muerta hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires, inicialmente con una capacidad de 11 millones de metros cúbicos por día (m3/día), que se ampliará a entre 22 y 24 millones con la incorporación de nuevas plantas compresoras y, finalmente, a 44 millones con la finalización de la segunda etapa del proyecto.
Aunque se espera que la obra de 573 kilómetros se complete en los próximos meses, el GPNK ya ha obtenido la autorización operativa después de un trabajo intensivo llevado a cabo por Energía Argentina (Enarsa), la empresa estatal a cargo del proyecto, en colaboración con las contratistas privadas nacionales Techint, Sacde y BTU. El monto total de inversión estimado para la Etapa I del GPNK, que abarca desde Tratayen, en la provincia de Neuquén, hasta Salliqueló, en Buenos Aires, y sus obras complementarias, como el gasoducto Mercedes-Cardales, el loop de ampliación Neuba II y la nueva planta compresora de Mercedes, es de alrededor de US$2.524 millones.
Esta obra de infraestructura es fundamental para expandir la capacidad del sistema de transporte de gas y optimizar su utilización, contribuyendo al autoabastecimiento y a la exportación futura de gas natural, así como mejorando la competitividad industrial del país mediante la sustitución de combustibles más costosos por el gas de Vaca Muerta. Además del impacto económico, el proyecto ha generado nuevas capacidades tecnológicas y ha brindado formación a miles de trabajadores, preparándolos para futuros proyectos energéticos. La construcción del GPNK ha demostrado que la gestión estatal puede ser exitosa cuando se establecen objetivos claros y se implementan políticas con anticipación y continuidad.
La obra ha dejado una huella significativa en las economías locales de las cuatro provincias por las que pasa el gasoducto: Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires. En estas áreas, se generó una riqueza estimada en $1.433.330 millones, equivalente al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, y se crearon cerca de 218.000 puestos de trabajo. El impacto se ha sentido especialmente en sectores como la industria manufacturera, el comercio, la construcción, el transporte y la hostelería.
En conclusión, el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner es una obra trascendental que ha tenido un impacto económico significativo en la zona de influencia y en la generación de empleo. Además, ha sentado las bases para el desarrollo de futuros proyectos energéticos en el país.