Las precipitaciones cambian las perspectivas de siembra de los agricultores

Las recientes lluvias han generado un cambio drástico en las expectativas de los productores del centro y norte de la provincia de Santa Fe en relación a la siembra de diversos cultivos como trigo, maíz y girasol, según informaron representantes del sector. Según el informe semanal elaborado por el Ministerio de la Producción de la provincia y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, las precipitaciones de la última semana oscilaron entre 20 y 125 milímetros, dependiendo de la zona, con máximos de 185 milímetros en el departamento Castellanos.
 
El informe destaca que estos eventos climáticos han ocasionado un cambio radical en las expectativas de la cosecha fina de 2023 en comparación con semanas anteriores, especialmente en lo que respecta a la siembra de trigo. En este contexto, los productores están llevando a cabo sus planificaciones, considerando fechas de siembra, variedades, ciclos y analizando los pronósticos climáticos para tomar decisiones finales sobre siembra o no.
 
Las lluvias de los últimos días y las proyecciones meteorológicas han modificado el panorama de la región, que previamente había enfrentado una fuerte sequía que afectó los rendimientos de todos los cultivos en la actual campaña. La situación ha sido diferente en la zona norte de la provincia, donde se ha observado actividad en la cosecha de soja tardía y algodón, aunque la escasez de lluvias no ha alterado la situación compleja derivada de la sequía.
 
En cuanto a los rendimientos de la soja tardía, se ha alcanzado un avance del 57% en la trilla de la superficie sembrada, con rendimientos que se mantienen bajos, oscilando entre 3 y 25 quintales por hectárea. Los resultados han variado según la zona, con rendimientos mínimos de 6 a 16 quintales en los departamentos del sur y mínimos de 7 a 9 quintales en los departamentos del norte. En relación a la cosecha de algodón, se ha progresado lentamente debido a la humedad ambiente, con rendimientos similares a las semanas anteriores, que van desde 400 a 600 kilogramos por hectárea y máximos de 1.300 a 1.400 kilos, alcanzando algunos lotes aislados hasta 2.000 kilos por hectárea.
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