La jueza federal María Eugenia Capuchetti ha rechazado la solicitud del fiscal Carlos Rivolo para secuestrar el teléfono del diputado nacional de Juntos por el Cambio, Gerardo Milman, en el marco de la investigación sobre el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esta medida había sido solicitada como parte de lo que se conoce como “pista Milman”. En esta pista, un asesor del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, Jorge Abello, declaró que había escuchado al diputado de JxC decir: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”, dos días antes del ataque fallido.
Capuchetti destacó en su resolución que Milman no está imputado en la causa del atentado, por lo que no se justifica la medida de secuestro de su celular. Además, señaló que la solicitud de secuestro debería haberse presentado ante la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara. También rechazó la solicitud del fiscal de entrecruzar llamadas entre Milman, su exsecretaria Ivana Bohdzewicz y su asesora Carolina Gómez Mónaco y los imputados del caso.
La solicitud del fiscal se produjo después de que una exsecretaria de Milman se presentara en los tribunales federales de Comodoro Py para ampliar su declaración testimonial y contar que había puesto su teléfono en manos de un “perito”, supuestamente facilitado por Milman, para que le borrara información personal que no quería que trascendiera. En su última declaración, Bohdzewicz afirmó que Milman podría haber convocado a sus colaboradoras con el objeto de borrar información que podría ser de interés para la causa del atentado fallido contra la vicepresidenta.
En su resolución, la jueza destacó que la exsecretaria de Milman declaró tres veces en el marco de este expediente y que la información borrada del teléfono de Bohdzewicz estaba vinculada con su vida privada. También mencionó la preocupación de Gómez Mónaco por la filtración de información en los medios después de que ambas declararan ante la justicia. La asesora de Milman instó a Bohdzewicz a que fueran juntas a ver a Milman y a un “perito” que las esperaban en unas oficinas que atribuyó a Patricia Bullrich.