El proyecto de ley de Promoción de la Industria del Calzado y su cadena de valor, presentado el 3 de abril por la legisladora Constanza Alonso, del Frente de Todos, recibió el apoyo de las empresas y el sindicato de trabajadores del sector. Este proyecto tiene como objetivo aumentar la producción y el empleo en la actividad, y busca beneficiar a todos los actores de la industria con una mayor oferta de pares y modelos de variada tecnología, empleos calificados y de mayor calidad, una industria mejor equipada y capaz de exportar, mayores ventas de productos hechos en el país y a mejores precios para el consumidor final.
El proyecto ya fue girado a las comisiones de Industria, Legislación del Trabajo y Presupuesto y Hacienda. Según Carlos Amicone, secretario general del sindicato Uticra, “el proyecto contiene metas como promoción de inversiones, generación de puestos de trabajo de calidad, fomento a la inserción internacional del sector, desarrollo de nuevos modelos y componentes, con escala y productividad, promoción, desarrollo y transferencia de nuevas tecnologías y cuidado del medioambiente”. Además, Amicone destacó que el proyecto introduce mecanismos para alentar y facilitar el empleo formal de trabajadores de la industria, mediante una reducción de las contribuciones patronales al SIPA, PAMI, al Fondo Nacional del Empleo y al Régimen Nacional de Asignaciones Familiares.
En Argentina se producen más de 100 millones de pares de calzados anuales en las 1.200 fábricas que tiene la actividad, en su mayoría pequeñas y medianas, que emplean unas 50.000 personas. El director general de Puma, Gustavo Marques, destacó que “este proyecto busca impulsar la industria nacional” y que Puma cuenta en Argentina con una planta de producción propia en La Rioja, desde la cual se produce el 80% de lo que se comercializa en el mercado local. Emmanuel Fernández, presidente de Indumentaria Pampeana, dueña de la marca Kioshi de calzado deportivo, afirmó que “a partir de 2020 se empezó a reactivar bastante la industria del calzado”, pero que, “después vinieron problemas como la pandemia, el aumento de las materias primas y la escasez de dólares”. Fernández cree que el proyecto de ley puede ser muy beneficioso tanto para la industria del calzado como para la cadena de valor que involucra a sectores de petroquímica, papel, caucho, goma eva, textiles, hilados, adhesivos.